sábado, 15 de noviembre de 2008

Crucero compartiendo experiencias































Compartiendo Crucero Cuna de las Civilizaciones

Algunas personas me han pedido que comenten en como fue el crucero, como se dieron los acontecimientos en el Ashram Flotante. Ahora que ha pasado un mes desde su realización empiezo a digerir lo que ha supuesto todo este año de trabajo.
Siempre he compartido con  mis dicho allegado que lo más divertido no es viajar, sino los preparativos para llevarlo a cabo y el poder contar lo vivido al regreso. De manera que un peregrinaje no sólo lo vivimos en el instante que sucede , sino que es un lugar donde echamos raíces y extender la vivencia en el futuro. Lo que más me llamó la atención es la resistencia al cambio, la actitud de resistencia pasiva a que cuando algo no viene avalado por la superioridad debe ser malo o inadecuado, dónde está el discernimiento. Es curioso pensar que cuando uno entra a un sendero piensa que se va a enfrentar con enemigos externos, con personas desconocidas que le impedirán llevar a cabo, o le pondrán obstáculos para aquello que uno espera que sea la misión para la que ha sido llamado.  Sin embargo la experiencia del último año me ha mostrado que las verdaderas resistencias por activa y por pasiva vienen de aquellos más cercanos a uno. Tenía la esperanza hace algunos meses antes del evento que algunas personas se "arriesgaran" a vivir una experiencia diferente, que se permitieran el vencer sus reticencias, sus miedos y
se dieran la oportunidad de vivir. Incluso en conversación con algún hermano en conversaciones privadas le comentaba, "...en el momento en vengan se darán cuenta de la calidad de lo que hemos preparado..." Por eso es para  mi tengo un sabor agridulce cuando alguno de los viajeros comparten conmigo y me cuentan que cuando llegaron a dar su clase de yoga, los alumnos le preguntaron como fue el evento. Y les responden, "...mira yo tenía preocupación, era un poco caro para mí; nosotros ya somos algo mayores y era una oportunidad para darnos un gusto; pero tengo que decirles que lo que recibimos por nuestro dinero nos ha sido devuelto con creces, han sido tantas las experiencias vividas, en el barco, con el Maestro José Michán, con los hermanos y amigos que no tengo palabras para contártelo, lo único que te puedo decir es que cuando tengas una oportunidad como ésa, por favor, no la desperdicies..." Esta es la parte dulce, la agria es la de aquellos que ni siquiera se lo plantearon porque pensaban que iban a ser castigados por el establishment, no resistieron a las presiones sufridas del tipo "...tu sabrás lo que haces si vas..." además de otras frases por el estilo comunicadas a aquellos que comentaban que se estaban pensando el ir al crucero o simplemente que pensaron que no iba a ser adecuado para que fuera visto en su currículo, porque no le iba a ayudar con sus aspiraciones personales. También se es consciente de que hay una gran parte de personas que pensaron en ir; pero las circunstancias de la vida no se lo permitieron, sin embargo, su apoyo se sintió en los períodos anteriores, en el calor, en el ánimo que daban para que el proyecto saliera
adelante. Por supuesto que siempre es más fácil destruir que crear; pero a la larga el ver el resultado de un esfuerzo creador siempre es gratificante. Y de todas maneras sabíamos que estamos haciendo algo que vale la pena, ya que si no hubiera habido oposición, burlas o un silencio despectivo nos hubiera indicado que no estábamos produciendo efectos de consideracion en nuestro entorno. Me acuerdo de la frase atribuida al Quijote y nunca escrita por Cervantes el famoso :..."ladran Sancho; señal que cabalgamos"...Y uno debe entender que desgraciadamente ese es el precio que hay que pagar por el éxito. El éxito de ver una organización impecable, el éxito de poder contar con la presencia del Maestro José Michán, el éxito de sentir como una de las navieras más importantes del mundo, con los barcos más modernos nos cedieron, sin coste alguno, una enorme cantidad de medios para que nuestro evento fuera de una calidad nunca vista. Detalles que salieron de ellos como invitarnos a los mejores restaurantes dentro del barco en forma gratuita, el sentirnos tratados a cuerpo de rey. Anécdotas con personas que se acercaban al Maestro, personas de Turquía, de Países del Este de Europa que querían saber acerca de nuestra labor, posibles contactos para que en el futuro nuestra institución se acerque a nuevos lugares. El éxito de estar en una inauguración de un hermoso Centro de Yoga en Florencia, desde cuya terraza se ve el Duomo de la ciudad de Florencia. El maravilloso recuerdo con los hermanos de Italia, acompañados por una magnífica guía la cual nos inició en una nueva forma de ver el arte, de observar lo que nos rodea. El éxito del taller del Maestro José, donde nos puso como tarea ver en las iglesias las representaciones de los ángeles y entender mejor su función en el ceremonial cósmico. Confirmado con la vista a Monreale en Sicila, lugar que a algunos nos impacto en sobremanera, en donde vimos representaciones de querubines, serafines, arcángeles, ángeles... como no pensábamos que íbamos encontrar, y ahí las vimos con más de nueve siglos de antiguedad como parte de nuestro acervo colectivo. Y que decir de la práctica de disciplinas, que momento el de la Concentración Tibetana el 22 de Septiembre. Un momento de silencio en el que todos participamos de un momento de comunión perfecta. Y si a eso sumamos el alimento para el alma que supone el arte. Tuvimos las actuaciones  de artistas de éxito internacional con más de un millón de copias vendidas actuando a escasos metros de donde nos encontramos sentados, aparte de todo el arte que pudimos ver en las visitas en cualquier rincón
del barco nos encontrábamos con una escultura, una pintura que creaba un ambiente excepcional. Sería muy largo el describir momento por momento, y detalle por detalle todo lo que vivimos; pero como les dije al principio las vivencias pasarán años y seguro que muchos hechos simbólicos que ocurrieron en este viaje los iremos desentrañando poco a poco. Lo único que pudo hacer es acompañarles con una mezcla de fotos con algunos de los instantes que vivimos.

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